Una mujer joven y casada hace zoofilia con un perro al que le pone el trasero y su pucha para que la coja como quiera, la mujer no es tiquismisquis, por lo que le da igual realmente por el agujero por el que el animal la penetre, a ella todo le da placer, así que estará encantada con cualquier penetración que el perrito le imponga.
Con su marido no suele ser tan generosa, el hombre le ha insistido en reiteradas ocasiones para que le dejase empotrarle la polla por el ojo del culo, pero ella siempre se ha negado, hasta que llegó la nueva mascota a la casa y consiguió abrirle del todo el ano a esta mujer casada tan cerrada.
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